
Somos responsables de nuestros sentimientos; nadie tiene el poder de herirnos a menos que nosotros se lo permitamos. Aunque al principio esto pueda parecer contradictorio, la verdad es que somos nosotros quienes permitimos que las circunstancias y situaciones nos afecten. Cuando alguien dice algo negativo, tendemos a personalizarlo, tomándolo tan a pecho que nos genera una herida emocional, una llaga que nos causa punzadas de dolor.
Este impacto se amplifica en esos días donde nada parece salir bien, cuando las cosas se salen de control y suceden eventos inesperados que nos dejan sintiéndonos pésimos y enojados. En esos momentos, aunque alguien nos diga «relájate, respira hondo y cálmate», estamos tan cegados por el dolor que eso es lo último que queremos escuchar.
En medio de una angustia terrible, es probable que no escuchemos a nadie, ya que nuestra mente está inundada de pensamientos deprimentes. Peor aún, cuando alguien nos pregunta «¿te sientes bien?», no pueden darse cuenta de nuestro aspecto físico y el gran pesar que llevamos en nuestros hombros, y nos sentimos más solos y desesperados.
La forma en que tomamos cualquier comentario depende de nosotros

Al reflexionar y escribir sobre estas experiencias, me doy cuenta de cómo mi mente se llena de pensamientos negativos. ¿Lo sentiste? Aquí es donde nos damos cuenta de que somos nosotros mismos quienes generamos estas vibraciones negativas que nos hacen sentir mal. Basta con algunas palabras para que nos afecten al punto de sentirnos miserables.
Entonces, es evidente que las personas no tienen el poder de hacernos daño, sino que nosotros interpretamos sus acciones y palabras de manera que nos afectan profundamente. La forma en que tomamos cualquier comentario depende de nosotros: podemos reaccionar con ira, gracia, humor, paciencia, entendimiento, compasión, o cualquier otro sentimiento. Esa reacción determinará nuestro comportamiento y acciones posteriores.
Aunque no soy psicóloga, creo firmemente que cada uno de nosotros debería esforzarse por conocer su propio cerebro y cómo responde a las diversas situaciones de la vida. Cuanto más nos conocemos, mejor podemos sobrellevar nuestras emociones y gestionarlas de manera saludable.
Mi reflexión de hoy es:
«La forma en que tomamos cualquier comentario depende de nosotros»
Lhp
Con cariño
LourdesHP